lunes, 27 de enero de 2014

DESEMPOLVANDO



Rayuela - Antinovela – Julio Cortázar

Nada diré, por conocido, de este genio argentino nacido en Bruselas y nacionalizado francés.
En cuanto a Rayuela, su novela más famosa, he aquí un posible principio y fin:

“¿Encontraría a la maga? Tantos días me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da la Quai de
Conti y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se
insinuaba en el Pont des Arts a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro sobre el agua…
……..

“… Era así, la armonía duraba increíblemente, no había palabras para contestar a la bondad de esos dos de ahí abajo,
mirándolo y hablándole desde la rayuela, porque Talita estaba sin darse cuenta en la casilla tres, y Traveler tenía un pie
metido en la seis, de manera que lo único que él podía hacer era mover un poco la mano derecha en un saludo tímido y
quedarse mirando a la maga, a Manu, diciéndose que al fin y a cabo algún encuentro había, aunque no pudiera durar más
que ese instante terriblemente dulce en lo que lo mejor sin lugar a dudas hubiera sido inclinarse apenas hacia afuera y
dejarse ir, paf se acabó.”
………


Digo que éste es un posible principio y fin, porque la novela admite varias posibilidades de lectura. Puede tener otros
principios y otros finales. Se puede, incluso, prescindir de bastantes capítulos “sin remordimientos”, según el mismo
Cortázar nos aconseja.
Otra posibilidad sería el mismo principio, pero con este final:

-No se puede fumar en el hospital.
-Wew are makers of manners, che. Es muy Bueno para la auscultación.
-La sala Chauffard está ahí –dijo Etienne- No nos vamos a quedar todo el día en este banco.
-Espera que termine el pitillo.

Pero también podría tener este principio:

“Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette, saliendo de
los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen que lame las piedras y acecha en los vanos de las
puertas…”

Y terminar así:

“…Traveler no le contestó nada, y miró a Ovejero que entraba y se inclinaba para tomar el pulso de la histeria matinensis
yugulata.
-Monjes que han de combatir siempre todo mal espiritual .dijo distintamente Olivera.
-Ahá – dijo Ovejero para alentarlo”.
……….
 
Anticipo de algunas ideas para entender la novela de Cortázar:

Reunidos los componentes del “Club de la Serpiente”, discuten sobre la novela de Morelli.
-Usa el lenguaje como yo uso los fósforos –dice Ronald, interpretando a Morelli- hay que castigar el lenguaje, espulgarlo,
devolverle sus derechos.
-El mero escribir estético es un escamoteo y una mentira –apunta Olivera- que suscita al lector-hembra, que cómodamente
sentado en su sillón no quiere problemas.
-Feliz el escritor que encuentra sus pares activos –lee Wong en al nota de Morelli- toda idea clara es siempre un error o una
verdad a medias. Hay que sospechar siempre de las palabras que tienden a organizarse eufónica, rítmicamente, con el
ronroneo feliz que hipnotiza al lector…
-¿Para qué sirve un escritor sino para destruir la literatura? -pregunta Olivera.
-Y esto que pretende Morelli ¿servirá de algo? –pregunta Perico que tiene una visión del arte más convencional.
-Posiblemente para nada- contesta Olivera- pero al menos nos hace un poco menos solos n este callejón sin salida al servicio
de la Gran-Infatuación-Realista-Espiritualista-Materialista del occidente.

………

Capítulos de Rayuela, que a mi juicio son muy interesantes:

El 99 y el 109. Ambos son clave para entender a Moerlli, alter ego de Cortázar y por tanto, claves para entender la novela.
El 28. Es largo, pero extraordinario en la manera de contar la muerte de Rocamadour, hijo de la Maga.
El 34. Originalísimo. Se van narrando dos hilos argumentales a la vez: uno por las líneas impares y otro por las pares.
El 36. Último de la primera parte. Delirante borrachera de Oliveira con la Clochard (mendiga). “Heráclito se había hecho
enterrar en un montón de estiércol, para curarse de hidropesía. En la mierda hasta el cogote, Heráclito el oscuro”.
El 68. Erótico. Lenguaje guíglico o prosa jitanjafórica, me atrevería a definir.
El 54, 55 y 56. Los tres últimos, donde se va manifestando la extrañísima y peligrosa relación de Olivera con su amigo
Trevelez y Talita, la esposa de éste, al límite mismo de la locura y de los celos.
Podría añadir otros capítulos más, pero quien se atreva con estos citados, podrá hacerse una idea bastante aproximada de

esta ¿antinovela?,que a nadie deja indiferente.