martes, 29 de enero de 2013

Antes de que te lo enseñen por ahí



-Antes de que te lo enseñen por ahí
te lo voy a explicar yo
-me dijo-
mientras abría mi cama.
Ya no recuerdo cuántos años tenía entonces,
si era joven o vieja.
Sólo recuerdo el asco
arrastrándose dedo tras dedo
por las manos de todos los hombres
-por mis propias manos-
Por favor, pasen sin tocar, pasen pasen.

Hasta que un día encerré el dolor en un frasco
le puse al asco tu cara
y cerré la tapa.
Cuando abrí los ojos habías desaparecido
y por fin pude besar
los ansiolíticos dedos de mi amante.

Miriam Reyes

miércoles, 23 de enero de 2013

JOSÉ HERNÁNDEZ -A BAILAR UN PERICÓN



 (Perdriel, Argentina, 1834 – Buenos Aires, 1886)

Nació en una chacra y desde pequeño se familiarizó con las faenas rurales y las costumbres del gaucho.
Interesado por la política, emigró a Paraná, intervino en varias batallas.
Publicó artículos referidos a la cuestión del gaucho y de la tierra, la política de fronteras y el indio. Todos estos  temas vienen articulados literariamente en el Matín Fierro.
Falleció en su quinta de Belgrano.




A BAILAR UN PERICÓN
(. . .)
Era la casa del baile
un rancho de mala muerte,
y se enllenó de tal suerte
que andábamos a empujones:
nunca faltan encontrones
cuando un pobre se divierte.

(. . .)

A bailar un pericón
con una moza salí,
y cuanto me vido allí
sin duda me conoció;
y estas coplitas cantó
como por raírse de mí:


las mujeres son todas
como las mulas;
yo no digo que todas,
pero hay algunas
que a las aves que vuelan
les sacan plumas.


­Hay gauchos que presumen
de tener damas;
no digo que presumen,
pero se alaban,
y a lo mejor los dejan
tocando tablas.

 (...)

Se secretiaron las hembras,
y yo ya me encocoré;
volié la anca y le grité:
¡dejá de cantar– chicharra!
Y de un tajo a la guitarra
tuitas las cuerdas corté.
(. . .)

Gané en seguida la puerta
gritando: ­¡nadies me ataje!­

Y alborotado el hembraje,
lo que todo quedo escuro,
empezó a verse en apuro
mesturao con el gauchaje.
(. . .)

Monté y me largué a los campos
más libre que el pensamiento,
como las nubes al viento
a vivir sin paradero,
que no tiene el que es matrero
nido, ni rancho, ni asiento.
(. . .)

Monté y me largué a los campos
más libre que el pensamiento,
como las nubes al viento
a vivir sin paradero,
que no tiene el que es matrero
nido, ni rancho, ni asiento.

José Hernández
(De Martín Fierro)


viernes, 11 de enero de 2013

Cantares


Estanislao del Campo (1834 - 1880)
Nació en Buenos Aires y fue un poeta cultivador del poema gaucho en el lenguaje dialogado. Primero publicó sus versos gauchescos con el pseudónimo de Anastasio del Pollo.

Cantares

Cuando yo tomo la pluma
y saco a luz mi cuaderno,
hagan de cuenta que agarro

mi guitarra por el cuello.

Para ver si soy poeta
fíjate, niña, tan solo
en que lloro cuando canto
y que canto cuando lloro.

(...)

En tu casa me aborrecen
sin más que porque te quiero:
es decir que si te odiara
me querrían con extremo.

Dicen que soy horroroso:
por la lisonja, mil gracias:
mirá tú mi corazón
y prescinde de mi cara

La cicatrices del rostro
poco me importan, o nada;
las que me importan, y mucho,
son las que tengo en el alma.

(...)

Mira: ---si fuera pastor
y si tú, pastora fueras.
me parece que andarían
mezcladas nuestras ovejas.

(...)

E. del Campo